jueves, 4 de junio de 2009

El maestro extiende su mano y muestra en la suave y vieja superficie de su palma una única y brillante piedra._¿Ves la piedra? - le pregunta_ Sí. Es muy bella - responde Kwai._ Todas las cosas tienen belleza –dice el maestro-. Ahora con tanta rapidez como puedas, arranca la piedra de mi mano.Sin dudarlo, el estudiante se decide, y con un único y hábil movimiento sin preparación, lanza su mano derecha hacia la piedra. Y la aparta vacía. La mano del Maestro se ha cerrado y alzando la vista hacia él, con rostro inexpresivo dice;_ Cuando puedas tomar la piedra de mi mano, entonces será el momento de que te vayas.


La serie "Kung fu" (1972/1975) cuenta la historia de Kwai Chang Caine, un monje shaolín nacido en la China imperial que llega al oeste estadounidense a fines del siglo XIX. Viaja con una chaqueta raída y un morral en el que atesora una flauta, alguna medicina y antiguas armas de combate, además de la sabiduría que sus maestros le transmitieron desde que fue entregado a una vida donde cuerpo y espíritu debían, finalmente, confundirse.El forastero de ojos rasgados esconde un secreto, la razón por la que escapa y por la que no podrá volver jamás, principio de un éxodo que terminará convirtiéndolo, también en la nueva tierra, en un prófugo.Odia la violencia, pero sin embargo siempre termina protagonizando situaciones en las que no tiene otra salida que aplicarla, como sólo él sabe hacerlo. Los responsables de dar una estética a esta variante del spaghetti western atravesada por la filosofía y las artes marciales orientales (de un año antes es el clásico "El sol rojo", que mezclaba vaqueros con samuráis) aprovecharon el uso de la cámara lenta para las escenas de combate (en el mismo sentido que el director Sam Peckinpah en sus películas), el sol en contraluz, así como los flashbacks, secuencias que se remontan al pasado, en las que los maestros apodaban a su discípulo "pequeño saltamontes", y que son clave para entender el presente. Así quedaría perfilado el fugitivo extranjero, perdido un territorio marcado a fuego por la corrupción y la violencia.Cuenta la historia de la TV norteamericana que el primer elegido para interpretar al personaje fue el oriental Bruce Lee, pero que en un arranque de xenofobia los directivos de la ABC decidieron descartarlo y elegir a uno de los suyos. El improvisado casting tuvo un triunfador local, David Carradine, que entonces tenía 36 años. El hijo mayor del famoso John Carradine ya era una figura en ascenso del cine y la TV.La serie, que comenzó a emitirse en octubre de 1973, terminó, después de tres exitosas temporadas, en junio de 1975, por la simple y única razón de que Carradine estaba agotado físicamente (admitió haber recibido más golpes de los que esperaba), a consecuencia de muchos rodajes en los que debía poner, literalmente, el cuerpo.Cuarenta guionistas participaron de los 62 episodios de la serie, que pegó fuerte en la estética hasta entonces usada para este tipo de productos, dirigidos por una docena de realizadores, que siguieron al pie de la letra el dogma lanzado por Spielman. Junto a Carradine aparecieron numerosos invitados (incluidos su papá John y sus hermanos Keith y Robert), como John Saxon, el mexicano Emilio Fernández, William Shatner, George Dzundza, Harrison Ford (cuando su nombre recién había aparecido en "American Graffiti"), el cantautor José Feliciano y Leslie Nielsen, entre otros.En Argentina tuvo esta serie un éxito rotundo. Durante el año 1974 por cada emisión de la serie, el 13 supo alcanzar picos de más de tres millones de espectadores frente a los receptores, en especial cuando se trataba de capítulos dobles.En casa la mirábamos siempre. Primero porque le gustaba a mi papá, y luego porque nos gustaba a todos.A mi me daba mucha pena, porque parecía que nunca sería feliz. Cada vez que encontraba un lugarcito de paz, o alguna mujer que lo quiera mimar un poco, se tenía que ir el pobre.También se contaban chistes sobre el Pequeño saltamontes, pero en este momento no recuerdo ninguno. Por ahi algún lector tiene mejor memoria que yo!David Carradine falleció hoy, a los 72 años, en un hotel de Bangok, en donde se hallaba rodando una película.