jueves, 5 de enero de 2012

Con vos no, Beatriz (Guillermo Saccomanno).

Conozco a Norma Giarracca desde fines de los sesenta, cuando compartíamos las ideas que sustentaban las Cátedras Nacionales, una concepción que reinvindicaba el pensamiento y los hitos de lucha del movimiento nacional y popular – leáse el peronismo - que hoy encuentra, entre uno de sus cauces, el kirchnerismo. Digo uno, porque no es el único. Norma, investigadora de las problemáticas rurales, comprometida con los derechos humanos, denunciante de los crímenes que este gobierno viene procurando disimular, me convocó hace unos días para firmar entre los adherentes a la movida “Plataforma 2012”. Tan indignado y estupefacto como ella quedé al enterarme por La Nación que la oportunista Beatriz Sarlo se adjudicaba la maternalidad de la misma concediéndose el rol de referente. Beatriz Sarlo encarna la figura del autoritarismo y oportunismo intelectual. De haber estado al tanto de que la errática Sarlo adquirir protagonismo mediático arrogándose esta “Plataforma” en el diario ideólogo de los genocidios nacionales, sin duda muchos no habríamos participado de esta movida cuyos objetivos son antagónicos con el de esta escriba y vocera del poder. En consecuencia varios de los que adherimos a “Plataforma” estamos retirando nuestra firma. Seguí jugando solita, Beatriz.


Guillermo Saccomanno

domingo, 1 de enero de 2012

Estados Unidos es un cáncer.

Chávez, que fue el primero de los mandatarios latinoamericanos en llamar a Crsitina, se permitió hacer algunas conjeturas sobre la enfermedad que padecen cinco de los presidentes de la región que rechazaron los Tratados de Libre Comercio  y pugnan por la integración regional. “Me parece una coincidencia demasiado rara –reflexionó–. No quiero acusar a nadie, pero con los avances de la ciencia en los países desarrollados quizá se encontró la forma de provocar el cáncer.” Esta reflexión que los medios "serios" se encargaron de mandar al baúl de las conspiraciones se prestó a muchas bromas, pero coincidió con las disculpas de Washington a Guatemala cuando después de 64 años se hicieron públicos documentos clasificados donde se detallaba que científicos norteamericanos habían inoculado a cientos de guatemaltecos pobres, sin su consentimiento, sífilis y otras enfermedades venéreas para sus investigaciones.  Cualquier reflexión que pueda hacer Chávez se queda corta comparada con la realidad.