domingo, 1 de enero de 2012

Estados Unidos es un cáncer.

Chávez, que fue el primero de los mandatarios latinoamericanos en llamar a Crsitina, se permitió hacer algunas conjeturas sobre la enfermedad que padecen cinco de los presidentes de la región que rechazaron los Tratados de Libre Comercio  y pugnan por la integración regional. “Me parece una coincidencia demasiado rara –reflexionó–. No quiero acusar a nadie, pero con los avances de la ciencia en los países desarrollados quizá se encontró la forma de provocar el cáncer.” Esta reflexión que los medios "serios" se encargaron de mandar al baúl de las conspiraciones se prestó a muchas bromas, pero coincidió con las disculpas de Washington a Guatemala cuando después de 64 años se hicieron públicos documentos clasificados donde se detallaba que científicos norteamericanos habían inoculado a cientos de guatemaltecos pobres, sin su consentimiento, sífilis y otras enfermedades venéreas para sus investigaciones.  Cualquier reflexión que pueda hacer Chávez se queda corta comparada con la realidad.

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