lunes, 8 de febrero de 2010

"Auroch". Vuelve el abuelo de la vaca.


En Asterix en Hispania el galo rubio es capturado por los romanos, que lo llevan a la plaza de toros. Allí se enfrenta con un auroch bravo. El lector del popular comic francés habrá podido pensar que utilizar la palabra “auroch” en vez de “toro” es como llamar Lutecia a París; que se trataba simplemente de un latinismo más, un término histórico.
No obstante, el auroch existió: aparece en pinturas rupestres y justamente en la obra La guerra de las galias de Julio César. Más grande y más agresivo que los toros modernos a quienes antecede, el auroch era todo un desafío para el cazador y sin duda alguna eso contribuyó a su extinción. El último murió en 1627, en un bosque de Polonia.
En 1920 unos biólogos alemanes, los hermanos Heck, emplearon un método de crianza selectiva para revivir a este antepasado de la vaca: lograron una raza llamada “auroch reconstruido” o “ganado de Heck”, con características similares al original, pero sin el impresionante tamaño.
El diario The Telegraph reporta que un equipo de científicos italianos va a intentarlo de nuevo. Los hermanos Heck lograron un animal parecido al auroch pero sólo en aspecto. Los italianos tienen ADN de auroch, proveniente de huesos preservados, y entonces esto les da una guía mucho más precisa de las cruzas que deben realizar.
“Ya hicimos la primera ronda entre tres razas nativas de Inglaterra, España e Italia”, cuenta Donato Matassino, director del Consorcio de Biotecnología Experimental en Benevento. “Ahora sólo queda esperar y ver cómo salen las crías.”
Si el proyecto italiano tiene éxito, volverá el auroch, que según Julio César medía “poco menos que un elefante”. Habrá que ver qué se hace, entonces, con un animal que mide casi dos metros, pesa una tonelada, y tiene el carácter irascible de un rinoceronte. “El ganado salvaje que existe actualmente ya es difícil de manejar, ni hablar un auroch”, advierte la doctora Claire Barber, del Trust de Supervivencia de Especies Raras, que agrega: “Ni siquiera sabemos si las hembras producían leche sin tener cría, y aún así no aconsejaría ordeñarlas.”

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