viernes, 29 de octubre de 2010

Y no se olviden nunca que en la Recoleta tocaron bocina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Habrán tocado bocina pero esta mañana en Carlos Pellegrini y Arroyo había miles de personas que no eran de Lacámpora. Me quedé helada viendo a quienes uno prejuzga por su ropa y su aspecto mojarse bajo la lluvia para despedir el cortejo.
Te juro que fue una alegría inesperada como las que vivo desde hace unas cuantas horas, pasado el primer terror.
Tengo esperanza.
Y la quiero mucho más de lo que pensaba, me dí cuenta de éso.

austerlitz50 dijo...

Yo también los ví, es más, especialmente miré ciertas esquinas. De todos modos una cosa no excluye la otra.

Ayer estuve en la plaza, me tocó un momento increible, el momento en que entraba Milagros Sala, al hombro de un compañero arengando a la columna. Mi hija me preguntó. "¿Es Milagros?". Le dije: "Sí, Maria, ni yo lo puedo creer". Lo otro que me mato y de lo cual todavia no he leido nada es lo de la gente frente al cajon. Nunca se vio nada igual, que digo igual, ni parecido. Catarsis fue poco. Conmovedor. Ir a la plaza creo que como a todos me reconfortó, pero al volver a casa me sentí muy triste de nuevo. Si solo fuera eso, no seria nada, un duelo, y el tiempo que todo lo borra o lo acomoda, tengo la experiencia de la muerte Peron, para saberlo, pero es no es todo... ya vamos hablar.


Te mando un beso grande, es lindo estar juntos en estos momentos. Disculpa los acnetos, teclado "en sus finales"