domingo, 6 de marzo de 2011

Gracias Cristina.



La esencia de la murga porteña es que hay lugar para todos, esa falta de espectacularidad que aparece en el modo carnavalesco de Montevideo o Río de Janeiro, por ejemplo. En la murga porteña, el que no sabe bailar se puede disfrazar. Es una propuesta organizativa de alta inclusión; por eso en los corsos barriales se ve desfilar a niños en silla de ruedas, jóvenes down, gente muy mayor. Esa es otra característica, al ser un sistema tan abierto de participación, la murga reúne a tres o cuatro generaciones. Hay pocas instituciones sociales, sobre todo desde la pérdida de los clubes, donde se puedan reunir hijos, padres y abuelos.

Fue muy interesante el planteo que hizo la Presidenta cuando anunció la restitución de los feriados. Llevó un cuadrito donde mostraba cuántos feriados anuales tienen los países de la región y cuán por debajo estamos nosotros de la media. Esta idea de que el tiempo festivo es un tiempo ocioso es una vieja idea del modernismo, con esa definición de acción racional que presenta todo aquello que no esté ajustado a un beneficio como un sinsentido. Y sin embargo, más allá del beneficio social, cuando uno ve cómo nuestros países del Mercosur han tomado al Carnaval como una industria cultural y la han sabido desarrollar, comprueba que también el beneficio económico es importantísimo.

2 comentarios:

mujerdeole dijo...

Gracias.
Y no sólo por el carnaval.
Abrazo

austerlitz50 dijo...

Así es, mujer.

Abrazo too.